Tirso de Molina: Der Spötter von Sevilla und der steinerne GastDie Verfasserschaft ist nicht erwi...
En la efervescente Madrid del Siglo de Oro, ' La celosa de sí misma ' presenta el entramado de ap...
'En fin, han levantado los ricos hombres y Grandes de Castilla por rey a don Alonso octavo, y han...
LAMBERTO: Pues a mi cargo has quedado, tu remedio está a mi cuenta, y así quiero darte es...
Milagro fue no matarme, cuando el tejado salté. La casa ignoro en que entré. ¿Si en ella podré li...
Vuelve a ocultar el acero mientras que pasa esa gente; que en lugar menos patente concluír, Ascan...
Nunca al tálamo justo, coyundas de Himeneo, de Peleo y de Tetis enlazaras con la cerviz el gusto;...
CÉSAR:¿Hemos de apartarnos más de la ciudad, Carlos? CARLOS: ...
LISENA: No has de verle. Sueltalé; que ya pecas de cansada. Mira que le rasgaré. DIANA:...
CHINCHILLA: ¡Gracias á Dios, señor mío, que ha permitido que pises tierra en flamencos país...
GERÓNIMA: ¿Hay huésped más descortés? ¡Un mes en casa, al regalo y mesa de don Gonzalo, y...
CLODIO: Rendíos, caballeros, que somos cuatrocientos bandoleros.MELIPO:¿Qué hab...